Cuando por algún motivo acudes a tu entidad bancaria a solicitar un préstamo y no te lo dan, es muy fácil acudir a financieras que no te ponen ningún obstáculo para prestarte esos 300, 500, ó 1000 euros que necesitas en un momento dado.

Además de la facilitad para contratar este crédito, tienes la comodidad de poder realizar pequeños pagos hasta pagar tu deuda, o lo "peligroso", para poder seguir utilizando ese crédito para más gastos.

Esta forma tan sencilla y cómoda, puede transformarse en una pesadilla, al ir acumulando una deuda, de la cual cada vez será más difícil salir.

Los riesgos de este tipo de tarjetas se pueden catalogar de la siguiente manera:

1- Los intereses elevados, estando muy por encima de lo que cobraría nuestra entidad, llegando a rozar la usura o hasta superarla en ocasiones (esto sería reclamable).

2- El pago mínimo al que se refieren, es una pequeña parte del saldo pendiente, lo que nos hará tener una falsa sensación de alivio. Estos pequeños pagos, lo que nos hace es alargar el tiempo necesario para liquidar la deuda y aumenta el total de intereses pagados.

3- Estas cuotas tan bajas, nos llevan a caer en la trampa de llegar un momento de que cuanto más tiempo tardemos en pagar, más se acumulan los intereses, a lo que se añade, el que nos sigan ofreciendo más dinero y aceptándolo, lo que ocasiona finalmente una espiral de endeudamiento insoportable.

Un consejo para poder salir de esto, sería el hablar con esta financiera, preguntar la deuda pendiente que queda, e intentar negociar con tu entidad el que te pueda prestar la cantidad adeudada, para liquidar con la financiera y poder quitarte un posiblemente gran problema de encima.